Por el año 1573, la región del valle de Traslasierra se encontraba habitada por los aborígenes Comechingones.
En ese tiempo fue que el capitán Hernán Mejías Miraval, acompañado de una gran cantidad de soldados, organizó una expedición y viajó al lugar para explorar los pueblos existentes y averiguar por los tesoros que podrían encontrarse en el territorio. Fue allí que un expedicionario, el español Hernando Romero, minero, investigó los minerales de la zona, lo que propició posteriormente la explotación de yacimientos en ese lugar.
Lamentablemente Los Comechingones fuera de toda tradición guerrera fueron exterminados indiscriminadamente.
Villa Cura Brochero fue fundada por el Presbítero Francisco Aguirre el 29 de Septiembre de 1864, denominándola Villa del Transito. Aguirre organizó las primeras viviendas y diagramó la localidad con las características de un «pueblo» tal como lo hacían los españoles. Esta organización se componía, básicamente, de una plaza central y un centro cívico-religioso a su alrededor, tal como se puede apreciar en la actualidad.
En el año 1872, llega a esta villa el cura José Gabriel Brochero para hacerse cargo de este distrito. Famoso por transportarse un su mula malacara, por su labor evangelizadora y por ser un visionario, trabajo incansablemente por el crecimiento, no solo de Cura Brochero sino de toda la región. Tal es así, que fue él quién aconsejo a doña Anastasia Fabre de Merlo(pionera del turismo y la hotelería en Mina Clavero) que iniciara la actividad relacionada con la industria de la hospitalidad.
Construyo un gran número de obras viales y edilicias como la «Cuesta de Altautina» , camino alternativo que une a Cura Brochero con Villa Dolores. Marcó el paso del antiguo «camino de las Altas Cumbres» para conectarnos con la ciudad de Córdoba. Pero la máxima expresión de Brochero fue la construcción de «La Casa de Ejercicios Espirituales» erigida entre 1875 y 1877 con el objetivo de traer ejercitantes de la ciudad de Córdoba y de la zona para su evangelización.
Para la construcción de estos edificios utilizo cal criolla y ladrillones construidos por él mismo, tirantes de quebracho colorado traídos a lomo de mula de la cuesta de Altautina y por supuesto la ayuda incondicional de su pueblo. Hoy funciona como museo y es el único monumento Histórico Nacional del valle.
José Gabriel inauguró en 1880 el colegio de niñas el cuál está ubicado sobre la misma manzana donde se encuentra el museo y la iglesia. En este caso el objetivo de Brochero fue brindarle educación y formación a las mujeres de la zona, para lo cual trajo a lomo de mula, desde Córdoba, la congregación de la Hermanas Esclavas del Corazón de Jesus, quienes se hicieron cargo de esta labor.
Otra de sus obras fue la construcción de «Los Chiflones».
Surgió por la necesidad de tener agua para riego de las quintas y para las obras edilicias. Para esto se ingenio una toma de agua sobre las márgenes del Río Panaholma. De esta forma desviaba el curso hacia un acueducto que bordeaba el río. El problema surgió cuando en un punto determinado el acueducto no podía seguir su trayecto debido a la existencia de un arroyo que se atravesaba en su camino. Brochero se ideo un tramo de este acueducto sobreelevado en columnas de piedra, barro, ladrillones y tirantes de quebracho colorado. Hoy se puede apreciar este y otros monumentos históricos.
A partir del año 2013 José Gabriel Brochero es considerado Beato.